Real Madrid arrasó al Girona y se afianza como líder solitario
El club blanco ganó 4-0 con un doblete de Bellingham y goles de Vinicius y Rodrygo.
Un recital de Vinicius, goleador, asistente y fantasioso en cada acción ante Yan Couto, fue el factor diferencial en el pulso por el liderato, el golpe repleto de firmeza a LaLiga de un Real Madrid excelso, que convirtió la excelencia del Girona en debilidad, para golearlo sin piedad.
No encontró rival el Real Madrid en un Girona al que bajó de la nube. Pese a su sello inconfundible. Pese a su valentía. Con la línea defensiva instalada en el centro del campo en el Santiago Bernabéu, dispuesto a asaltar un reto mayor en una temporada de ensueño. La capacidad de mutación del Real Madrid, tan cómodo con balón como cuando le invitan a correr al contragolpe. La distancia en futbolistas instalados entre los mejores del mundo porque deciden los días trascendentales, como Vinicius y Bellingham.
Cambiar su identidad es innegociable para Míchel y el doble enfrentamiento liguero ante el Real Madrid demuestra que es el mejor perfil para los de Ancelotti. Unidos ante los problemas por lesiones defensivas, sin un solo central sano. Con Tchouaméni y Carvajal como pareja de urgencia. Aumentó las ayudas. Camavinga y Kroos siempre atentos. La involucración defensiva de un grupo que mordió arriba.
Encaró el partido el Real Madrid con la dimensión que había adquirido. Respetó al rival hasta el punto de jugarlo como una final. La posesión fue estéril para un Girona bisoño que ni chutó a portería en el primer acto. Reducido al máximo desde que lo decidió Vinicius. A los seis minutos con uno de sus mejores goles en el Bernabéu. Amago hacia dentro en carrera y derechazo a la escuadra desde fuera del área.
La definición que tanto se le demanda a 'Vini' llevada a su máxima expresión. Asentó aún más el planteamiento de Ancelotti, aceptando de buen grado el ofrecimiento a correr y aprovechar el espacio. Bajo la dirección estelar de Kroos, con nueva lección de liderazgo y en el desplazamiento en largo, la presencia en todas las zonas de Camavinga y Valverde. El centro del campo se tiñó de blanco mientras Míchel lamentaba la baja de Yangel Herrera.
Ese perfil de jugador para incomodar a Bellingham, que corrió al espacio a los 36 minutos ante el pase estelar de Vinicius. Pegado a la banda izquierda, lo dibujó con el exterior del pie, para que Jude se marchase con facilidad de Gazzaniga y marcase a puerta vacía.
Al Girona le pasaba un tren por encima. Sin capacidad de generar peligro. Sin respuestas defensivas. Con Couto sufriendo cada vez que le encaraba Vinicius tanto como unos centrales sin marca fija que fueron superados a sus espaldas.
Vinicius volvió a dejar claro quién era el dueño del partido. Se fue de Couto con un regate en seco que precedió el disparo raso que rechazó donde nunca debe un portero, al centro, para que Bellingham, ya cojo tras dos torceduras del tobillo izquierdo, marcase la sentencia y su doblete antes de ser sustituido.
El partido sentenciado invitó a Ancelotti a pensar en el regreso de la Champions. Antes, celebró un gol esperado, el de Rodrygo que vivía un mal momento en la definición. Tras un testarazo arriba, encontró el tanto deseado con una acción defensiva de 'Vini'. El robo a Couto, en su partido para el olvido, desató la carrera y el latigazo de rabia a la red para dar forma a una goleada inapelable en el golpe a LaLiga madridista. Aún tuvo tiempo para empeorarle el defensa brasileño, con un penalti sobre Güler en el último minuto que estrelló en la madera Joselu.
EFE